El itinerario de la visita guiada del Coliseo y los Foros Imperiales se desarrolla entre el Anfiteatro Flavio, el Arco de Constantino y termina con un paseo en Via dei Fori Imperiali, con vistas a las áreas arqueológicas relacionadas. El itinerario se realiza completamente al aire libre, incluso si se solicita y con el pago de un boleto de entrada, los Foros Imperiales también se pueden visitar en el interior, en una pasarela, por el tramo que incluye el Foro de Nerva, su lado sur, el Foro de César y el Foro de Trajano.
Comenzaremos la visita al Coliseo y a los Foros Imperiales con el recorrido por el Coliseo o el Anfiteatro Flavio, uno de los destinos turísticos más conocidos y visitados de Roma (desde el exterior).
La construcción del Coliseo duró más de 10 años: las obras probablemente comenzaron en el año 72 dC, por Vespasiano, la primera inauguración oficial tuvo lugar con Tito, fue en el año 80 dC. , pero las obras se completaron solo bajo el reinado de Domiciano (81-96 dC).
Al visitar el Coliseo tendremos la oportunidad de revivir la atmósfera de las luchas de gladiadores, llamdas Munera, entenderemos quién eran los gladiadores e imaginaremos los espectaculares viajes de caza, que se organizaron con animales exóticos, llamada Venationes. Por lo tanto, nos lanzaremos a todas las fantasías más evocadoras de la Roma imperial. Una vez finalizada la descripción del Coliseo, continuaremos la visita guiada al monumento más cercano: el Arco de Constantino.
El itinerario de visita Coliseo y los Foros Imperiales continuará, una vez que salgas del anfiteatro Flavio, con una breve parada en el Arco de Constantino.
Este arco de mármol maravillosamente conservado fue dedicado al emperador por el Senado en 315 dC, con motivo de los diez años de reinado de Constantino.
Se trata del arco honorario más grande que queda, ubicado en el camino de los triunfos en dirección al Arco de Tito y se refiere a la victoria de Constantino sobre Majencio en la famosa batalla del Ponte Milvio en el año 312 DC. , como se menciona claramente en la imponente inscripción, cuyo texto se repite en los dos lados principales.
Toda la superficie del Arco de Constantino está cubierta con magníficos relieves y esculturas, muchos de los cuales fueron de épocas anteriores y no todos se refieren a los eventos en los que Constantino fue el protagonista.
El recorrido continuará en su última y sugestiva etapa: la visita de los Foros Imperiales.
Alejándonos del área del Coliseo, podremos detenernos en lo que queda del Templo de Venus y Roma, el templo más grande de la antigua metrópoli, de hecho, pertenecen a él las columnas y las paredes que veremos a nuestra izquierda tan pronto como comencemos a caminar a lo largo de Via dei Fori Imperiali.
A continuación nos encontraremos con majestuosos e inminentes muros de la Basílica de Majencio y enfrentaremos una primera zona de excavación, con magníficos pisos de mármol conservados, relacionados con el Foro de la Paz, construido por el emperador Vespasiano para celebrar la victoria judía.
En Via Cavour admiraremos un lado del Foro de Nerva, del cual las famosas “Colonnacce” constituye el elemento más famoso de una plaza porticada donde se encontraba el Templo de Minerva, del cual quedan pocos rastros.
Caminaremos hacia los restos del Templo de Marte Ultor, edificio prominente en el Foro de Augusto, un lugar donde se administraba la justicia de la ciudad y donde se exhibían los retratos de figuras mitológicas e históricas de la antigua Roma, hasta la gens Iulia a la que pertenecía Augusto.
Continuaremos la visita guiada de los Foros Imperiales con vistas al Foro de Trajano, la plaza más grande, el punto de apoyo de un gran complejo diseñado por Apolodoro de Damasco y que continuó con los Mercados de Trajano.
También se incluyeron la Basílica Ulpia, dos bibliotecas y la magnífica Columna de Trajano, en honor a las conquistas del emperador, de quien guardó las cenizas.
Finalmente, la última fase de la visita Coliseo y los Foros Imperiales nos llevará a las laderas del Capitolio, para admirar en el Foro del César, los restos de la galería que rodeaba la plaza y el templo de Venus Genetrice.
Era un lugar poderoso y único donde los antiguos podían admirar la gran estatua ecuestre de bronce dorado de César, en el centro de la plaza y en el templo entre muchos, incluso una estatua dorada de Cleopatra, la gran reina de Egipto amada por el mismo César.
